miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Quién fue Adrián Patroni?



 La refundación de un partido político no implica -en el plano ideológico- el comienzo de algo totalmente nuevo sino una revisión de distintas ideas pasadas  más los aportes que generan de los nuevos tiempos con sus requerimientos. Es por eso que se cobra importancia, para nuestra flamante organización, revisar la tradición legada: para comprender su propio momento histórico y erigirse con mayor fuerza como alternativa sobre este.  En este caso, toca revisar los primeros años del Partido Socialista y a una de sus figuras principales: Adrián Patroni, obrero pintor quien fuera el motor militante del primer partido proletario moderno en la Argentina. Sin su figura esta organización no se hubiera podido desarrollar tan rápidamente. Por eso mismo fue reconocido en el plano militante como pieza fundamental de la fundación del Partido Socialista, comparando su obra con la que desarrolló Juan B. Justo en el plano teórico. La tragedia personal -desgaste físico del esfuerzo militante y la muerte temprana de su querida hija, por las condiciones de insalubridad en que vivían- lo llevaron a abandonar la militancia y a marginarse de la vida política. Hoy la coherencia en su lucha y su entrega militante lo traen al presente. 


 Pertenece a la labor investigativa de Víctor García Costa haber recuperado la obra de Adrián Patroni como valiosa experiencia de la tradición socialista argentina. Con la redición de "Los trabajadores en la Argentina", libro de Patroni del que hablaremos más adelante, García Costa presenta un erudito y extenso estudio preliminar donde detalla y explica la práctica militante de Patroni y la crucial importancia que supuso para el partido socialista en sus primeros años. El libro fue reeditado por la Editorial Docencia en la Biblioteca Testimonial del Bicentenario (18910-1816).
Adrián Patroni nació en Montevideo, Uruguay, en 1867. Sus padres eran campesinos lombardos llegados poco tiempo atrás. Ante las necesidades del hogar, pasó por varias familias sino que comenzó desde la infancia a trabajar como canillita. A los dieciséis años aprendió el oficio de pintor y, al poco tiempo, cruzó el Rio de la Plata para instalarse en Buenos Aires. Argentina, y sobre todo la capital porteña, estaba en pleno proceso de modernización con una afluencia de inmigración y de instalación de las primeras fábricas y talleres que cambiaba radicalmente la fisonomía de la región. El país fortalecía sus lazos con el mercado mundial capitalista desde la producción agroexportadora.
El comienzo de la última década del siglo XIX es turbulento para el país. Ante una nueva crisis a nivel mundial, Argentina sufre un coletazo en su economía que, combinado con el gobierno de Miguel Juárez Celman –el unicazo ineficiente y corrupto-, genera una importante rebelión que señalaría el comienzo de un nuevo de  ciclo. Los trabajadores son quienes más sufren la recesión económica, la desocupación aumenta y los salarios bajan. Es en este difícil contexto que Adrián Patroni se introduce en el mundo socialista y gremial. Para este momento trabajaba como pintor y aunque la paga no era mala, las jornadas eran agotadoras y sin ninguna regulación.  Así fue que, según sus palabras, fue la lectura del libro En el año 2000, de Eduard Bellamy, "el que decidió mi incorporación al movimiento socialista. Vivíamos explotados, vivíamos miserablemente y ese libro nos hablaba de una sociedad armónica, plena de justicia."
Su primer acercamiento es a la sociedad de pintores, como organización gremial, luego, para 1893, se suma a la Agrupación Socialista y rápidamente se convierte en uno de sus principales promotores. Poco tiempo después de su acercamiento participa en múltiples ámbitos: colabora con las organizaciones sindicales, es secretario de redacción de La Vanguardia, forma parte del núcleo fundador del Partido Socialista e integra la primer lista de candidatos socialistas en 1896. A su vez, en su labor incansable, contribuye con dirigentes socialistas uruguayos en la conformación de las primeras sociedades de resistencias y del círculo obrero socialista. 
García Costa lo sintetiza del siguiente modo: "La dinámica militante de Patroni, aunque nunca se lo ha reconocido, es espectacular: trabaja en su conflictivo gremio, impulsa la difícil Federación Obrera, colabora en la organización de otras sociedades de resistencia, está presente en los conflictos obreros llevando la solidaridad gremial, contribuye económicamente con todo ello, presenta acciones de Habeas Corpus en favor de los trabajadores detenidos, actúa en el Centro Socialista Obrero, en el Comité central argentino, habla en los actos partidarios, incita el cooperativismo, administra La Vanguardia, escribe parte de ella, lee y se forma ideológicamente, polemiza con anarquistas y los católicos y trabaja como pintor letrista para sostener a su familia. Como si fuera poco, escribe pequeñas obritas de teatro, los Apropósitos, con las cuales hace labor ideológica sobre los trabajadores, dándoles participación como actores. No hemos hallado otro igual" (página 55) 

Los ecos de la Huelga Grande y el conflicto del azúcar en Tucumán
Dos son los hechos políticos en los que se destaca en aquellos años: La huelga grande y el conflicto de los trabajadores del azúcar en el año 1904.
La  Huelga Grande de 1896 será definida como "la huelga más importante de cuantas se han producido en Sud América" a fines del siglo XIX. Esta importante huelga que paralizó durante cuatro meses importantes sectores productivos de todo el país pasó luego inadvertida para la mayor parte de los trabajos historiográficos que se realizaron sobre los conflictos gremiales en el país. Sin embargo, en su momento, la huelga supo tener protagonismo en los periódicos locales mientras duró.
En el conflicto, el Partido Socialista tuvo una importancia manifiesta en su dirección. Por un lado, gracias a su militancia fomentando sociedades de resistencia, que permitía a los trabajadores una solidaridad de clase que les permitía afrontar con mayores facilidades las difíciles acontecimientos y que suponían trincheras en la conformación de un bloque popular; estas sociedades se volvieron los ámbitos desde donde los trabajadores se organizaron para la huelga. Y por otro, debido a la dedicación excepcional de Adrián Patroni.
 Para este momento, Patroni integra la comisión de huelga, actúa en representación de los trabajadores en lucha en todo tipo de gestiones, se entrevista –junto con Francisco Cúneo, obrero socialista-  con el ministro del interior, Norberto Quirno Costa. Desde La Vanguardia debate con las patronales que azuzan combatir la huelga con la violencia estatal y “desterrar a los perturbadores del orden social”.  Viaja por Junín y Campana, entre tantos lugares, asesorando a los diferentes gremios en huelga.
Pasados dos años de la Huelga Grande, Patroni publica su libro “Los trabajadores en la Argentina”. El libro es un material excepcional al ser la primera investigación hecha en el país sobre las condiciones de vida de los trabajadores. En el prólogo, Patroni afirma elocuentemente “Aun se oyen por ahí, los ecos de la Huelga Grande…y es difícil olvidar los juicios descabellados de la prensa de esta capital respecto de aquel grandioso movimiento…es sumamente difícil, y sino difícil, increíble, que millares de trabajadores, sostuvieran por placer, o mero capricho, una huelga que ha durado 120 días…es por esto que hemos creído conveniente reunir cuantos datos nos ha sido posible obtener, a fin de dar a conocer la situación de los trabajadores en la Argentina”.
En Julio de 1904 se inicia un conflicto en los ingenios azucareros de Tucumán, el comité ejecutivo le encomienda a Patroni viajar a la provincia e interceder para solucionar favorablemente el conflicto. Juan Bialet Massé, que investigaba la situación de las clases obreras a pedido del gobierno, expresa lo que debe haber sido la impresión de Patroni al llegar a los ingenios: “Comprendo el efecto que debió causar al señor Patroni el espectáculo que se presentó a su vista al bajar del tren en el ingenio en huelga. Viniendo de Buenos Aires, donde los obreros visten más que bien, en general, se encontró con una multitud desarrapada y harapienta, viviendo en rancherías asquerosas, excitado por el hambre, pues ya estaban en el cuarto día de la huelga; doscientas o trescientas mujeres cargadas con sus chiquillos, todos sucios y polvorientos.” (página 124). Patroni resuelve rápidamente el conflicto a favor de los trabajadores azucareros que vivían en condiciones de extrema pobreza.
Su alejamiento de la militancia se produce poco tiempo después del conflicto azucarero y directamente relacionado con él. A raíz de la negativa de Patroni a que los recientes centros gremiales constituidos en los ingenios azucareros se integren al ala gremial del partido. Sostenía Patroni que dadas sus condiciones de vida no podían sostener una consecuente lucha socialista en sus ámbitos. Esto le generó una dura polémica con Enrique Dickmann, otro importante dirigente socialista y futuro líder del Partido Socialista de la Revolución Nacional, quien abogaba por un apoyo amplio a los distintos conflictos de los trabajadores –gremiales y políticos- sean o no socialistas.

Conclusiones
La importancia de Patroni para los socialistas que militan en la actualidad radica en conocer un claro ejemplo de militancia abnegada y de las posibilidades políticas que se abren a partir de una organización efectiva, aún en circunstancias desfavorables. Patroni, de orígenes y vida humilde, supo combinar su vida de trabajador, como pintor letrista, con la militancia profesional, llegando al punto de fundar y mantener un centro socialista en un cuarto aledaño en el conventillo donde vivía. Esto es un claro ejemplo de la cultura de partido que desde nuestro espacio revindicamos
Es importante recordar este ejemplo de militancia, de clase y socialista, como motivación a nosotros mismos de la acción posible. Tener presente que: "El fervor obrero de estos trabajadores no tenía límites: superexplotados en largas jornadas de labor, sacaban tiempo para organizar su sociedad gremial, la federación obrera, afirmar el partido obrero o negarlo, hacer huelgas activas, con concentraciones permanentes en locales de sociedades amigas o en el prado español y sacar de sus escuálidos bolsillos monedas para pagar sus cuotas, ayudar al compañero despedido o a la viuda del compañero muerto.".

En los tiempos de escepticismo político y de débiles compromisos con todo lo que sea social, militar implica una actitud revolucionaria. Así como más adelante fue el del “Che”, el ejemplo de Patroni se vuelve doble si pensamos nuestro momento histórico como refundacional para el socialismo y lleno de adversidades, semejante al que atravesaron él y los militantes socialistas del siglo XIX.