jueves, 18 de diciembre de 2014

DEMOCRACIA EN LA PRIMAVERA CULTURAL (Publicado en El Ecunhi de Bolsillo)



Lic. en Ciencias Políticas (UBA) Actualmente se desempeña como asesor del diputado nacional Jorge Rivas (FPV) y es miembro de la Mesa Nacional del Partido Unidad Socialista para la Victoria. El pasado 11 de octubre participó en el ECuNHi en la mesa de debate sobre proyectos de ley y experiencias políticas en el campo editorial, en el marco de “Mercado Negro”, la feria de publicaciones comunitarias, autogestivas e independientes. 

Una década ganada, un paradigma de cultura 
La “década ganada” sintetiza la idea de que, durante el kirchnerismo, Argentina logró importantes avances en materia social. Y con la creación del Ministerio de Cultura de la Nación, la “década ganada” se extiende también al plano de la cultura, culminando una serie de iniciativas que expresan la maduración de un nuevo paradigma cultural (y de sociedad) en nuestro país. Estas iniciativas se desarrollan guiadas por la ley de servicios audiovisuales, que ejemplifica el concepto de democratización en el plano civil. Desde un principio, el kirchnerismo comprendió que, para llevar adelante una sociedad justa, era necesario garantizar condiciones de vida dignas, además de terminar con las prácticas autoritarias en cualquier ámbito. Estos valores democratizadores que el Frente para la Victoria llevó adelante en su gestión permitieron que floreciera un rico mundo de cultura autogestiva de todo tipo. Lo inédito del actual proceso, en relación con cualquier otro de la historia argentina, es que se entronca con históricas demandas de la sociedad, dándoles respuestas no como imposición del Estado sino como un estímulo para que la misma sociedad se desenvuelva. Por otra parte, en la ciudad de Buenos Aires, el gobierno de Mauricio Macri también parece llevar adelante un proyecto de cultura y sociedad. Así, en las últimas semanas, ha tomado carácter público la sistemática persecución y clausura de centros culturales por parte de inspectores del Gobierno de la Ciudad. Los funcionarios públicos alegan falta de habilitación para el uso comercial en una actividad y esconden su intención de prohibir las manifestaciones de la cultura popular sin fines lucrativos. Guiados por un paradigma neoliberal de la cultura, el PRO busca eliminar toda práctica cultural por fuera del mercado (es decir, la autogestiva o independiente) y garantizar una competencia donde los grandes empresarios del espectáculo y la comunicación tengan más facilidades para sus negocios. Más allá de la importancia de la cultura como un el ámbito donde se desarrolla la opinión pública (es decir, de comprender la cultura como una formadora de conciencia) lo que estimula el PRO es una industria cultural del espectáculo, donde la sociedad actúe como espectador pasivo de una serie de valores que no puede alcanzar pero que seducen; la reciente designación de Marcelo Tinelli como Personalidad de la cultura por parte del Gobierno de la Ciudad expresa esto. Así, la batalla cultural donde se contraponen el macrismo (neoliberal) y el kirchnerismo (democratizador) es de capital importancia porque moldea los valores de la sociedad y su cosmovisión. De este modo, con la maduración de la sociedad y la politización cada vez mayor de los jóvenes, comienzan a surgir debates profundizadores del actual estado de situación. Uno de ellos ha emergido a raíz de la reciente serie de clausuras de centros culturales en la CABA: ¿qué es la cultura?, ¿cuál cultura queremos? En el caso particular de la ciudad de Buenos Aires, ella cuenta con la especificidad de ser una de las de mayor densidad cultural del mundo. La oportunidad de debatir que se abre implica también la posibilidad de pensar qué sociedad queremos.

Una cultura, una sociedad que emerge 
La economía social surge asociada a cada una de estas iniciativas. Su causa reside en que alberga a las relaciones económicas no mediadas por el mercado, por la brutalidad que tiene como fin el lucro. La economía social permite relaciones económicas mediadas por lo humano, un fin que se encuentra también en la cultura. Para sintetizar, el concepto central para observar la política cultural a nivel nacional en estos diez años es la idea de democratización. Esta idea implica no sólo la ampliación del acceso a las manifestaciones culturales, sino también la multiplicación de las voces. Democratización implica universalización de la práctica cultural. Las consecuencias de la democratización son múltiples. Una de éstas, quizá la más importante, es la progresiva desmercantilización de la cultura. Dado que, con el fomento a los pequeños artistas y productores culturales, la lógica del negocio queda atenuada, ya que no es el mercado quien regula el sector.

Fuente: http://nuestroshijos.org.ar/wp-content/uploads/EdB-74-Noviembre.pdf

lunes, 17 de noviembre de 2014

“Es una persecución premeditada y sistemática” (Entrevista, Agencia Paco Urondo)

En diálogo con AGENCIA PACO URONDO, el politólogo y dirigente de la Confederación Socialista, Andrés Imperioso, se refirió a la política del macrismo hacia los espacios culturales, que se tradujo a fines de agosto en la clausura de la Casa del Pueblo porteña.

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Por Diego Kenis
Andrés Imperioso es politólogo, dirigente de la Confederación Socialista y asesor parlamentario del diputado nacional Jorge Rivas. El viernes 22 de agosto pasado, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires clausuró la Casa del Pueblo que el frente político posee en la Capital Federal. En una entrevista con AGENCIA PACO URONDO, Imperioso se refirió a la situación y esbozó un marco a partir del cual pensar la política macrista para los espacios de expresión cultural, cuyos cierres compulsivos continuaron en los días posteriores.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué pasó el 22 de agosto en la Casa del Pueblo?
Andrés Imperioso: La Casa del Pueblo es un espacio político y cultural, donde hay actividades todo el tiempo. El viernes 22 de agosto se estaba realizando un Festival, que tenía como tópico a la Diversidad. Había una charla y una obra de teatro de la Cooperativa Arte Trans, que busca sacar de la prostitución a chicas que la están ejerciendo para que a través de la cooperativa puedan integrarse a la sociedad. Cuando estaba terminando el documental, aparecen los inspectores del gobierno de la ciudad. Dijeron, de manera prepotente y con amenazas, que querían entrar a la Casa. Una compañera nuestra les respondió que se trataba de un espacio político y que no tenían ningún derecho. Ellos alegaban que había un uso comercial. Sin miramientos, diciendo que allí había un café concert, establecieron la clausura preventiva.
Obviamente, nosotros desconocemos esta figura que ellos crean. ¿Por qué? Porque si nosotros caemos bajo la lógica que ellos nos imponen con su tipo de habilitación, no podremos hacer política. Y nosotros no vamos a dejar de hacer política porque ellos vean en todos los espacios culturales o políticos un negocio. Nosotros no vemos en este Festival un negocio, sino una actividad militante.
APU: ¿La legislación está pensada para el rubro comercial?
AI: Claro. De alguna manera, ellos se atajan con la cuestión de Cromañón para llevar a cabo una forma de habilitación totalmente exclusiva, que no permite a espacios culturales integrarse. Y así acaba dándose esta paradoja: en una actividad por la inclusión, ellos vienen a excluir. La legislación de la ciudad de Buenos Aires contempla, creo que con mucha responsabilidad y seriedad, la importancia de tener espacios adecuados para recibir a las personas que participan de los espacios culturales. Pero la discusión no debe ser cómo lograr la habilitación de los espacios culturales, sino cómo el macrismo va a intentar clausurarlos. Hasta ahora no se vio la más mínima voluntad de parte del gobierno de la Ciudad para alcanzar las habilitaciones. No hay ningún tipo de búsqueda, de mesa de diálogo. Ellos simplemente buscan expulsar a estos espacios a la ilegalidad para monopolizar la cultura y poder hacer de ella un negocio. Por eso digo: no caigamos en una cuestión técnica. Mirémoslo con una mirada política.
APU: ¿Qué medidas tomaron para contrarrestar esta decisión?
AI: Las medidas que nosotros tomamos son de corte político. Apenas hicimos pública la clausura, recibimos infinidad de muestras de solidaridad por parte de miembros del arco político y de otros espacios culturales. Y también encontramos que esta clausura forma parte de una premeditada y sistemática persecución del gobierno de la Ciudad hacia los centros culturales. Nosotros lo que hicimos fue reforzar la iniciativa política de establecer diálogo y colaborar con los legisladores del Frente para la Victoria (FpV) y todos los legisladores bien predispuestos que buscan impulsar la Ley de Centros Culturales, que fue presentada en la Legislatura. En ella participa Pablo Ferreyra, entre otros legisladores.
APU: Mencionabas a Pablo Ferreyra y, por esas horas justamente, se daba otro hecho que parece mostrar a la política del oficialismo contra la política como tal: legisladores que fueron baleados en Lugano. 
AI: Sí. Si querés podemos hacer un puente entre las clausuras y lo que pasó en el barrio Papa Francisco. Lo que vemos es una lógica de exclusión. En los últimos diez años, hubo fuertes avances de inclusión de una parte de la sociedad que estaba marginada y oculta, que parecía que no se quería mostrar. Desde el gobierno nacional se han hecho grandes avances para incluir y reconocer la precaria situación de una parte de la sociedad argentina.
Pero, por otra parte, parece que desde el gobierno de la Ciudad se quiere hacer una ciudad de elite, exclusiva. En el caso de lo que pasó en el barrio Papa Francisco, parece que ante una situación donde el gobierno de la Ciudad se encuentra incómodo, busca resolverla de esta manera, expulsando, en una expulsión a sangre y fuego. Nosotros, como socialistas, esperamos una respuesta más contundente y decidida por parte del gobierno nacional para proteger a estas personas, que son las más débiles, frente las decisiones violentas por parte del macrismo.

Fuente: http://www.agenciapacourondo.com.ar/oposicion-211336/14823-es-una-persecucion-premeditada-y-sistematica.html

martes, 16 de septiembre de 2014

Clausurar centros en la primavera cultural (Publicado en Miradas al Sur)


por Andrés Imperioso y Lautaro Alonso



Pocas semanas atrás, el gobierno nacional anunció la creación del Ministerio de Cultura y la designación de la cantante popular Teresa Parodi para estar al frente de la cartera. Esta decisión se añade a la lista de iniciativas como la ley de música, la protección a las revistas culturales, los puntos de cultura y, sobre todo, la ley de medios. Estas acciones, de diferente índole, se enmarcan en un determinado proyecto de cultura y sociedad. Este proyecto, que también se encuentra históricamente en el ideario socialista, se define por su carácter democratizador, popular e inclusivo.
En la otra vereda, en la ciudad, el gobierno porteño de Mauricio Macri parece también tener un proyecto de cultura y sociedad. Así, en las últimas semanas, ha tomado carácter público la sistemática persecución y clausura de centros culturales por partes de inspectores de la ciudad. El alegato que utilizan los funcionarios públicos porteños es la falta de habilitación ante un uso comercial en una actividad. Lo que esconde esto es la intención de prohibir las manifestaciones de la cultura popular sin fines lucrativos;
Un ejemplo triste de esto es la clausura sufrida una semana atrás en la histórica Casa del Pueblo. En la actualidad, la Casa del Pueblo de la calle Entre Ríos es la sede principal de la Unidad Socialista Para la Victoria, espacio político referenciado con el diputado Jorge Rivas y que forma parte del Frente para la Victoria. En este espacio, el viernes 22 de Agosto se presentaba un festival por la diversidad. De la actividad participaban diferentes expositores en una charla, y también se presentaban una obra de teatro de la cooperativa Artetrans y un documental. El lema de la actividad era, justamente, “Diversidad por la Inclusión”. Pero, con ninguna intención de inclusión, con una actitud intimidante, irrumpieron los inspectores del gobierno de la ciudad con la voluntad de clausurar a toda costa el espacio, sin miramiento con la actividad político-cultural que se estaba realizando.
Junto con la década ganada y la irrupción de la juventud discutiendo política, florecen también propuestas culturales, populares y autogestivas, como símbolo del país que estamos construyendo. El debate solapado que va emergiendo es ¿qué es la cultura?¿qué cultura queremos? La reciente clausura de centros culturales ha puesto esto de manifiesto.
Este es el debate que debemos darnos hoy de cara al futuro. Buenos Aires es una de las ciudades con mayor densidad cultural del mundo. Esto implica una incidencia increíble de este factor en la sociedad, recíproca entre cultura, sociedad y política. La oportunidad que tenemos de debatir implica también la posibilidad de pensar la sociedad que queremos.
El concepto central para observar la política cultural a nivel nacional en estos diez años es la idea de democratización. Esta idea implica no sólo la ampliación del acceso a las manifestaciones culturales, sino también la multiplicación de las voces. Democratización implica universalización de la práctica cultural. Las consecuencias de la democratización son múltiples. Una de estas, quizá la más importante, es la progresiva desmercantilización de la cultura dado que, con el fomento a los pequeños artistas y productores culturales, la lógica del negocio queda atenuada ya que no es el mercado quien regula el sector; la ley de medios y la ley de música fueron propuestas en este sentido.
En la ciudad de Buenos Aires ya están apareciendo los primeros resultados con el florecimiento de centros culturales, teatros independientes, revistas culturales y artistas agrupados por doquier. Por eso, aunque el gobierno de la ciudad no se haya enterado aún y quiera cortar todas las flores, no podrán detener la primavera cultural que emerge.

Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/archivo/edicion/328/politica

martes, 29 de julio de 2014

Nicolás Repetto sobre Evita

Sin interés en hacer un juicio de valor, rescato un  histórico artículo de Nicolás Repetto que escribió poco después de la muerte de Evita. Desde una posición política antagónica, pero con un claro tono emotivo, Repetto reseña la vida política de quien supo ser, hasta entonces, la mujer más influyente en la vida política del país. 

Nicolás Repetto, discípulo de Juan B. Justo, fue un histórico dirigente socialista. Ante la fractura del Partido Socialista en 1957, se encolumnó en el Partido Socialista Democrático (PSD), el ala más anti-peronista y moderada del socialismo argentino. Este dato, su radical anti-peronismo, resalta todavía más el artículo que escribió en la muerte de Evita. 

Eva Perón

García Costa, Víctor. "Nicolás Repetto: Legislador desde el socialismo". Buenos Aires. 1999. Colección Vidas, Ideas y Obras de los Legisladores Argentinos.  Página 31-33

Por su importancia incluimos este texto referido a la muerte de Eva Perón, escrito por el doctor Nicolás Repetto desde la oposición al peronismo y en momentos en que se velaban sus restos. Publicado en el periódico "Nuevas Bases" que el doctor Repetto dirigía, Nº41, año III, 5 de agosto de 1952, primera página. [Nota de Víctor García Costa]


No podríamos ignorar, amparándonos en un silencio hipócrita o cobarde, la desaparición de la esposa del Presidente de la República. Es una mujer que supo hacerse de una influencia enorme y que ha gravitado en forma demasiado sensible en la obra del general Perón para que su muerte puede ser silenciada.
La vida de la mujer hoy desaparecida constituye, a nuestro juicio, un ejemplo poco común en la historia. No son raros casos de hombres de gobierno o políticos de nota que han contado para su acción pública con la colaboración, abierta o disimulada, de sus esposas, pero en nuestro caso toda la obra del primer mandatario están tan impregnada del pensamiento y de la acción personalísima de su esposa, que resulta imposible separar netamente lo que corresponde al uno y lo que pertenece a la otra. Y lo que da carácter notable y propio al empeño de colaboración de la esposa, fue el abandono que hizo de sí misma, de su bienestar y de su salud; su decidida vocación por el esfuerzo y el peligro, y su fervor casi fanático por la causa peronista, que infundió, a veces, a sus prédicas, drámaticos acentos de lucha cruenta y de despiadado exterminio.
Iniciada apenas en la vida política e ignorando, aún el desarrollo que había alcanzar el movimiento peronista, se lanzó a la arriesgada aventura de recorrer el mundo en aeroplano para difundir la obra y, sobre todo, el nombre del esposo.
Impuesta la obra y coronada por el nuevo triunfo de la reelección, la vimos, a menos de cinco o seis semanas de su muerte, dar pruebas de resignación heroica al sufrimiento físico y al destino aciago, manteniéndose de pie en el vehículo que la transportaba durante el largo trayecto de la Avenida de Mayo. ¡Asombrosa fortaleza de espíritu y de insensibilidad física!
No es fácil separar la parte que corresponde a cada uno de los cónyuges en el esfuerzo hecho para llevar adelante el movimiento peronista. A nuestro juicio, el mayor aporte debe ser acreditado en la cuenta de la señora, que se mezcló a la masas para predicar con tesón inquebrantable las excepcionales virtudes y capacidades del general. Tomó a su cargo la organización política de las mujeres en un partido propio y supo orientar hacia las listas del peronismo a un gran número de las mismas, que se iniciaban recién en el ejercicio del sufragio. Se sabe hoy cuándo ha pesado el voto femenino  en la reelección del general Perón. Ella se hizo cargo y llevó adelante la parte no tan vulnerable de la obra del gobierno peronista, prestando trato simpático a los obreros, a los gremios, a los niñós, a las familias necesitadas o en desgracia, a los que designaba cariñosamente con el nombre genérico de descamisados. Cuando se considera el aspecto social de la política del general Perón, se advierte que la intervención de su esposa se impone como una fuerza de creación y de impulso, que encuentra pronto sus principales órganos de acción en el Ministerio de Trabajo, en la obra de Ayuda Social y en la Confederación General del Trabajo.
Si hemos de juzgar por lo que ha trascendido hasta nosotros, no fue tan grande el influjo que alcanzó la señora de Perón en la orientación económica, política, militar e internacional del gobierno. Hemos de felicitarnos por ello, porque no obstante tratarse de una mujer, su aversión se exaltaba hasta el paroxismo cuando imprecaba y amenazaba a los adversarios políticos. La pasión partidista había destruido o debilitado en ella ese fondo de dulzura y generosidad ingénitos, que crea en el espíritu de la mujer una natural inclinación a la armonía, a la indulgencia, y a la concordia entre los hombres.
Eva Perón desciende a la tumba en medio de los más grandes honores oficiales y de un generalizado sentimiento popular, sin haber alcanzado, empero, la realización de lo que proclamó tantas veces y fue, sin duda, un anhelo sincero: la pacificación de los argentinos. Nuestras cárceles rebosan de presos civiles y militares, los exiliados son legión, los funcionarios destituidos se cuentan por millares, la libertad de decir respetuosamente lo que se piensa está al arbitrio de las policías y el estado de guerra interno ha hecho del Presidente el intérprete y el aplicador exclusivo de la Constitución. Todo esto torna aún más sombrío el luto de estos días y ahonda la pena cívica que aflige a una gran parte del pueblo argentino.