Análisis de las PASO
Con
pronóstico reservado, gana el Frente para la Victoria
Finalizado el escrutinio definitivo
de las PASO, podemos hacer un balance de sus resultados. Está claro que las
PASO son el mejor termómetro de cara a octubre, con definiciones no
siempre calculadas. También es cierto que entre las PASO y las elecciones generales
transcurren más de dos meses, que en política pueden ser eternos. Otro factor a
tener en cuenta es que el único antecedente de primarias para elecciones
presidenciales fue en el 2011. Teniendo en cuenta estos datos es que podemos
analizar los resultados. A nivel general, hay números básicos que es
importante saber. La participación rondó el 73%. Otro dato importante a tener
en cuenta es que entre tres fuerzas alcanzaron casi el 90% de los votos (FpV,
Cambiemos y UNA). El voto en blanco fue alrededor del 5%.
Recordamos que para ganar las
elecciones presidenciales sin ballotage se necesita más del 45% de los votos
válidamente emitidos, o más del 40% con una diferencia de 10 puntos
porcentuales sobre el segundo. Con esta regla, el FpV tiene importantes chances
de ganar en primera vuelta.
La situación del Frente para la
Victoria
Como candidato del FpV, Daniel Scioli
alcanzó el 38,4% de los votos, con una diferencia de más de 8 puntos sobre el
total de Cambiemos (30,1%) y con una diferencia de casi 14 sobre Mauricio Macri,
el “ganador” de las internas de Cambiemos. Sin embargo, lejos está Scioli del
50,24% de votos que alcanzó Cristina en el 2011. Además de esto, tampoco logró
el FpV superar la barrera de los 40% que implicaría estar a la puerta de una
victoria en primera vuelta. Un dato positivo es que el kirchnerismo ganó en 20
de los 24 distritos.
Es decir, que a pesar de haber hecho
una buena elección, con una clara distancia sobre el segundo, el kirchnerismo
no tiene una victoria cantada (por lo menos sin ballotage) en octubre. Para
lograr esto, necesitará llegar al piso del 40%, cosa que está muy cerca, y
mantener más de 10 puntos sobre Macri como candidato de Cambiemos. En este caso
necesitará que Macri no pueda retener los votos de su frente y tampoco
apropiarse de los votos opositores de Massa y De la Sota. Por su parte, Scioli
deberá seducir a los votos cautivos peronistas, así como de los independientes
periféricos al gobierno que se resistieron hasta ahora a votarlo.
Scioli apuesta a sumar 600 mil votos
más, para alcanzar un 42% y garantizar la distancia con el PRO. Para esto,
apuesta a sumar 5 puntos más en Córdoba, Buenos Aires y Capital. En la
provincia mediterránea, el FpV hizo una pésima elección: un 14%, menos todavía
de lo que sacó el candidato a gobernador Accastello tiempo atrás: 17%. Con respecto a la provincia de Buenos Aires,
tampoco se alcanzó el resultado esperado. Sobre todo en ciudades como Mar del
Plata, Bahía Blanca y La Plata que en este caso ganó la fórmula de Cambiemos.
Revertir el resultado en estos municipios y en otros tantos del interior,
aumentando la brecha en el conurbano, será la tarea para la provincia. Por último,
en Capital, la elección también fue mala, apenas 23,5%. Es decir solo un punto
y medio arriba de la elección de Mariano Recalde.
Con estos números replicados en
octubre el panorama en el Congreso cambiaría para el kirchnerismo. En el caso
del senado, mejoraría dado que haría una mejor elección que en el 2009. Podría
así alcanzar quórum propio sin necesidad de aliados. Por su parte, en
diputados, el FpV es la fuerza que más legisladores pone en juego, un total de
77. En caso de repetirse la elección en octubre, renovaría 59. Quedaría así con
un total de 101 que, con aliados, podría llegar a 114; es decir que le faltarían
15 para alcanzar el quórum.
Cambiemos
Con los resultados a la vista, la
interna de Cambiemos parece haberse armado a medida de Mauricio Macri. El
candidato del PRO alcanzó un comodísimo 80% de los votos, frente a un 11% de
Sanz y un 7% de Lilita Carrió. Así, el frente desliza haberse armado para
engordar los votos de Macri y presentarlo como un espacio pluralista. En total,
Cambiemos alcanzó los 30 puntos
Con los resultados de la provincia de
Buenos Aires (que analizaremos más adelante) y del resto del país, vale
reconocer que el PRO ha logrado superar la concepción porteña o urbana que se
asociaba a su ideario para adentrarse en los sectores propietarios ligados al
campo y a sectores profesionales de todo el país. En un país con una amalgama
de sociedades muy distintas, el PRO –como fuerza puramente de derecha liberal-
ha logrado de forma inédita en la historia argentina hacer pie en casi todas
las provincias como un partido de masas, aunque no mayoritario. Este es uno de
los datos más importantes que deja esta elección.
Un párrafo propio merece la situación
de la UCR. Está claro que la elección de Ernesto Sanz en la interna de
Cambiemos fue pobre (alrededor de 700 mil votos). Esto deja a los radicales
fuera de las elecciones presidenciales por primera vez en su historia. A partir
de esto, han comenzado los rumores de un nuevo capítulo de la puja interna por
el control del partido. Sin embargo, muchos radicales parecen no tomar los
resultados como negativos ya que, aun con estos resultados, les permitirá aumentar
su bancada en las cámaras por su acuerdo con el PRO. Es decir que el balance para los radicales
todavía no está cerrado.
UNA, un tercero en discordia
La elección del conjunto de UNA fue
del 20,63%, con 3 millones de votos para Sergio Massa y un millón 400 mil para
De la Sota. En este escenario, UNA logra presentarse como un actor de
peso; basta pensar que alcanzó un porcentaje mayor de votos que el principal
opositor en el 2011. Sus dificultades parecen ser, en principio, estos:
Primero, el tironeo que va a sufrir de parte del FpV y el PRO en busca de sus
votos, asimismo la disputa con el PRO por el segundo lugar; por último, al
tener un resultado más parejo de lo pensado entre Massa y De la Sota, las
negociaciones entre ambos actores serán más difíciles. Mantener el resultado de
las PASO en octubre puede considerarse como un triunfo para este frente.
Buenos Aires, una provincia que
empieza a mutar
Una de las sorpresas de la elección
fue el resultado en provincia de Buenos Aires. En primer lugar, María Eugenia
Vidal dio el batacazo sorprendiendo con un casi 30% como candidata única de
CAMBIEMOS. Este frente ganó en la mayoría de los municipios y en cinco sobre
ocho secciones electorales. La mayoría de los distritos en los que ganó
pertenecen al interior de la provincia, pero también alcanza a distritos
importante como Bahía Blanca o General Pueyrredón (Mar del Plata). UNA, con
Felipe Solá a la cabeza, hizo una elección decente alcanzando casi un 20% en un
pronóstico que se presentaba polarizado.
Estos resultados van en desmedro del
Frente para la Victoria. Encabezando Scioli, actual gobernador de la provincia,
el kirchnerismo aspiraba a alcanzar un caudal de votos mayor del que obtuvo:
39,49 (Cristina obtuvo en el 2011 más del 50,31%). La floja elección del actual
gobernador y aspirante a la presidencia (¿expresión de una mala gestión?)
debilitó hacia las secciones y los municipios al Frente para la Victoria. En
cuanto a la interna a gobernador entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez, la
distancia fue mucho más corta de la anunciada; esto a pesar de los movimientos
mediáticos hacia el jefe de gabinete. Otro dato importante se dio en distintos
municipios del conurbano donde sorpresivamente perdieron históricos (y
reaccionarios) intendentes peronistas. Así fue el caso de Mariano West, Raúl
Othacehé, Darío Giustozzi y Di Sabatino, entre otros, en mano de jóvenes más
cercanos al kirchnerismo duro. Por su parte, el conjunto de la izquierda rondó
el 5% de los votos.
Las elecciones parecen expresar un cambio
en la configuración de la sociedad de la provincia. Lo que históricamente se
conocía como el "aparato", una relación donde los políticos
fidelizaban los votos mediante implícitos acuerdos de contemplación de
necesidades básicas de la población parece estar debilitado. Por el contrario,
en una sociedad con más derechos y más politizada, la decisión del voto de la
población parece adoptarse de otra manera. De esta manera, en un país con
un fuerte desarrollo en los últimos años, es probable que lentamente la
formación social que se observa en la capital comience a replicarse
atenuadamente en el conurbano y ciudades sojeras del interior, con sus
particularidades.
Datos de color
Uno de los hechos que más sorpresa
generó fue el resultado de las elecciones en Santa Fe. En esta provincia, el
oficialismo provincial del Partido Socialista –en una estrategia conservadora-
llevó de candidato a senador a su figura más fuerte, Hermes Binner. Sin
embargo, para sorpresa, quedó cuarto en los resultados detrás del FpV,
Cambiemos y UNA. Este resultado se concatena con la mala elección que hicieron
para la gobernación que casi los lleva a perder la misma. Sin duda, estos
resultados hunden más al PS en una crisis política. Desde el 2011, no han
podido encontrar su lugar en la política argentina. La mala elección de
Stolbizer (que comparte su espectro ideológico) es muestra de esto. En
particular, la gestión en Rosario y Santa Fe lo ha llevado a un desgaste
interno profundo. En esta coyuntura, las líneas internas que alientan un
acercamiento con el kirchnerismo podrían salir fortalecidas.
En cuanto al Frente de Izquierda, el
resultado tampoco ha aportado a la unidad de este débil frente. Desde el
lanzamiento de Del Caño como pre-candidato por el PTS, las relaciones internas
entre los partidos y espacios que componen el FIT se volvieron más tensas. Esto
es debido a que el PTS, visiblemente menor en estructura e influencia que el
PO, quien además arrastra a prácticamente la totalidad del resto de las
agrupaciones del FIT, buscó aprovechar las internas abiertas apelando a un
candidato joven para ganar visibilidad. La victoria de Del Caño sobre Altamira
parece haber generado un malestar entre el PO y el PTS difícil de zanjar.
Conclusión
Los resultados de las PASO se han
mantenido dentro de las previsiones generales. Scioli quedó como claro ganador
aunque sin la garantía de triunfar en primera vuelta en octubre. Por otra
parte, con Cambiemos, Macri logró alcanzar los 30 puntos y mantener una
distancia de menos de 10 puntos con Scioli; además de quedar segundo cómodo.
Por su parte, Massa pudo romper la supuesta polarización entre Scioli y Macri,
teniendo buenas elecciones en Buenos Aires y Córdoba. Pero, como tercero en
disputa, va a costarle mantener su armado intacto, sobre todo a nivel
municipal, para Octubre. Con el resto de la torta, el resto de las fuerzas
hicieron una elección pobre.
Claramente, comparadas con las
elecciones del 2011, las PASO presentan un panorama más a la derecha. También,
sin la presencia de Cristina en la boleta, la oposición presenta dos armados
sólidos que, en su conjunto, superan el 50% de los votos. De cara a octubre, el
escenario se mantiene abierto pero con apuestas fuertes.