La muchacha del siglo pasado de Rossana Rossanda (recomendación de lectura)
Recomendación de lectura: La muchacha del siglo pasado de Rossana
Rossanda
Ayer me llamó contento un amigo para avisarme que había encontrado de
oferta este libro en una librería de la calle Corrientes. Bien supo que este
feliz descubrimiento me iba a interesar. Hoy ya lo tengo en mis manos.
El género de las memorias políticas me interesa cada vez más. Sobre todo
si es en el siglo XX, tan ambivalente. Y ni hablar, si es de militantes de
izquierda, comunistas y socialistas, cúmulo de experiencias y de una profunda
reflexión producto del sabor de la derrota con la que terminó el siglo. Este es
el caso de la Rossanda, una de las más lúcidas e importantes dirigentes del ala
izquierda del que supo ser el partido comunista más grande de occidente, el
italiano.
Estas memorias fueron muy esperadas hasta llegar a mis manos. Y al
empezar a leerla, a vuelo de pájaro, no defrauda.
Para mejor, el prefacio está escrito por Mario Tronti, también comunista
italiano, contemporáneo de la Rossanda, y fundador del operaísmo italiano.
Ambos despliegan en sus páginas una lucidez que parece sobrehumana, tal como
decían los contemporáneos de Robespierre.
El prefacio que escribe Tronti se titula "El relato de una
elección". Comienza Tronti utilizando el título del libro "La
muchacha.." para reflexionar sobre la propia condición humana de la
autora, más allá de la figura política. Y en lo que se viene, se despliega
medio párrafo que puede sintetizar la filosofía de las tensiones de la práctica
política comunista del siglo XX, vale la pena citarlo textual:
"La presencia pública no agota la complejidad humana. Antes bien,
esta última suele entrar en un doloroso conflicto con aquella. Y cuanto más se
eleva la intensidad del acontecimiento histórico, tanto más chirría la forma de
la respuesta íntima. Y siempre emerge con fuerza un sentimiento de
insatisfacción: por no haber dado lo necesario desde el punto de subjetivo, por
la dificultad de las condiciones objetivas o por la ignorancia de las fuerzas
en liza. Circula por todo el libro un aura de dolorosa desproporción entre lo
que es y lo que se hace. Una Stimmung (temperamento)
del siglo XX. Y de esta suerte estamos siempre tratando de averiguar si
la tentativa era demasiado ambiciosa o si hemos sido nosotros los que no hemos
estado a la altura. Nosotros, esto es, la parte en cuyo destino se ha
inscrito a partir de un determinado momento la existencia de Rossana Rossanda,
conforme a una especie de penúltima decisión. Son muchos los que fingen no
entender que el verdadero vínculo de hierro no era el que unía un partido a un
Estado, sino el de un individuo, una mujer, un hombre, a una historia que les
superaba." (la negrita es mía, nota de autor)
Esta Stimmung de la que habla Tronti, no sin cierto
dejo de pesimismo, es el tema central que la izquierda del siglo XXI debería
tener en cuenta en sus luchas. El siglo XXI ha sido hasta ahora ambivalente,
con más retrocesos que avances, para nuestras ideas. Y es justamente por este
motivo, ya sin la excusa de la URSS, que debemos escuchar con respeto y
atención a nuestros antecesores. En particular, vale la pena hacerlo con la
(sobrehumana) lúcida dirigencia de izquierda del Partido Comunista Italiano.
Esta, pienso en Lucio Magri también, pudo anticipar los hechos que se
avecinaban pero no pudo evitarlo, siguiendo la tentativa que plantea Tronti. El
PCI es historia, se disolvió en los 90s en un clima de "fin de la
historia", y la izquierda italiana todavía no se recupera del golpe.
Este libro, como El sastre de Ulm de Magri, es el relato de una vida
comunista. Y de una derrota. De un gran anhelo, que hoy se ve más lejano que
entonces. Por eso, por lo menos en mi caso, no dejo de identificarme, desde el
socialismo o el comunismo argentino. Las siguientes palabras con las que
Rossanda ilustra la solapa, vale como síntesis de todo esto:
"...¿Por qué has sido comunista? ¿Por qué dices que lo eres? ¿Qué
quieres decir? Sin un partido, sin cargos, cerca de un periódico que ya no es
tuyo, ¿se trata de una ilusión a la que te aferras, por obstinación, por
osificación?...La vicisitud del comunismo y de los comunistas del siglo XX ha
terminado tan mal que es imposible no planteársela ¿Qué ha significado ser
comunista en Italia desde 1943? Comunista como miembro de un partido, no sólo
como un momento de conciencia interior en el que uno siempre puede
arreglársela: ´Con esto o aquello no tengo nada que ver´. Comienzo
interrogándome a mí misma"
Esta recuperación de la memoria de Rossanda no es en balde. Sus
preguntas también son acertadas para hoy; para los militantes de izquierda o del
campo popular, kirchnerismo, como prefieran, que sufrieron recientemente un
duro golpe en el país, con la llegada de Macri al gobierno, por lo cual ahora
atraviesan un crisis también, en algún modo, existencial. Para ellos van estas
palabras. El siglo XXI ha traído fuertes ideas, pero no son ideas nuevas, no
nos confundamos. Son ideas renovadas, milenarias por su sentido de justicia. La
memoria para nuestros anhelos es vital. Comprender que la Stimmung de la
que habla Tronti no es nueva y sólo afectó a nuestros procesos, sino que viene
acompañando a la izquierda hace rato, como una sombra.
Sin embargo, a veces, como desafío para los escépticos, los avances se
dan de forma irrisoria. En este caso puntual, no deja de serlo el hecho de que
el conocimiento tan valioso de Rossana Rossanda llegue a nuestras manos
producto de una mesa de saldos, es decir el remanente de libros que fracasó en
sus ventas, y además en precio de oferta, producto de la crisis económica
despiadada que atravesamos. Quizá Hegel, de forma irónica u optimista, lo
llamaría la astucia de la razón.
Sea como sea, nuestro deber es que muchachos y muchachas del siglo XXI
continúen la lucha.