miércoles, 23 de septiembre de 2020

La historia de mi papá. Andrés Ítalo Imperioso, un texto autobiográfico

Mi papá (a la izquierda) junto a Alfredo Bravo (en el centro)


Todos tenemos una historia que merece ser contada, creo que la historia de mi papá no es una excepción. Como un recuerdo y como material de archivo histórico para el momento que él vivió dejo este texto autobiográfico que, en algún momento que desconozco, escribió. 



Nuestra familia llegó a Ciudad Evita en 1950, cuando yo tenía 12 años. Al año siguiente murió mi padre. Mi madre y yo salimos a trabajr y mis dos hermanas quedaron en mi casa. Mi madre consiguió trabajo en el hospital “22 de agosto”, hoy ezeiza, y yo solicité trabajo en Aerolíneas Argentinas. Corría el año 1955 y recibí el telegrama para presentarme el 16 de junio. Ese día, fuí a tomr el tren a Liniers en Plaza Miserere, cuando llegué allí comenzó el bombardeo a Plaza de Mayo y yo quedé paralizado viendo caer las bombas y oyendo el ruido de metralla.


En septiembre de ese año se produjo el golpe de estado que derrocó a Perón y comenzaron a modificarse en forma negativa las condiciones de trabajo, no sólo en Aerolíneas sino en todos lados.

 

El segundo contando desde la derecha

En Ciudad Evita se sufría la presencia amenazadora de las fuerzas militares y de seguridad. El ser peronista se constituyó en un delito. 


El intento militar de junio de 1956, que pretendía restituir el gobierno constitucional, fue aboertado y sus membros, incluso los civiles, fusilados. A partir de ese momento en la Argentina se rpudjo una profunda división en materia polítioca. 


Mi experiencia de vida y el hecho de que mi madre se deinfiera como peronista sumados a la actitud anti obrera del gobierno militar, me decidieron a participar en el peronismo


Formamos un grupo en Ciudad Evita junto a Julio Ferrarís, Víctor Rodríguez, el Dr. Di Taranto y otros. Luego, en un acto realizado por Bramuglia en un cine de Corrientes y Esmeralda (que sólo pasaba dibujos animados), nos pusimos en contacto con otros grupos. Allí conocí a Gustavo Rearte, a su hermano Pocho, al Mayor Castellini, a los hijos del General Lucero, Julio Spina, Jorge Rulli (que luego fue secretario del General Iñiguez y aquien apodábamos Anguila) y muchos más. 


En ese lugar, Corrientes y Esmeralda, se constituyó un grupo que organizaba actos de resistencia peronista: cantábamos la “Marcha”, enfrentábamos a los “gorilas” y poníamos petardos en las vías del tranvía que pasaba por allí. 


Luego se formó el “Comando Gral. Valle” que luego se dividiría en dos: “Comando centro” y “Comando Valle”. Elevamos cualitativamente nuestro nivel de resistencia y comenzamos a participar en las huelgas generales. 


Yo, particularmente, también empecé a desarrollar actividad sindical. Primero integré la Lista Azul, que encabezaba Miguel Patiani, y luego de su fusión con la LIsta Blanca, fui elegido como delegado ….., delegado general y miembro del secretariado de Ezeiza (mi lugar de trabajo). 


Los constantes golpes militares, la prohibición de participar en las elecciones, los impedimentos para que Perón regresase al país y la continua intención de anular las conquistas sindicales, fueron creando dentro del peronismo un clima de confrontación cada vez más grave. 


Se puede decir que se fue injusto con la presidencia del Dr. Illia, pero no fue menos injusto el trato dado al peronismo por parte de los militares apoyados por muchos partidos políticos. 


Así se llegó al gobierno del Gral. Onganía. Esa fue la gota que rebalsó el vaso.


La persecución y la represión no sólo al peronismo sino a los jóvenes, a las universidades y al progresismo. Todo esto fue preparando el caldo de cultivo para lo que, de allí en más, iba a suceder. 


En este clima yo seguía militando en el Sindicato y en el peronismo. Ya existían dos direcciones tanto en el movimiento obrero como en el partido peronista. Yo me ubiqué en la más progresista. 


Después vinieron la muerte del Gral. Aramburu y el “Cordobazo”. Este último tuvo su origen en varios enfrentamientos que hubo, en varias provincias, entre las fuerzas de seguridad y los sectores universitarios. Los Montoneros (que habían fusilado al Gral. Aramburu) y las FAP eran grupos armados conformados por jóvenes. 


En marzo de 1973 triunfó la fórmula “Cámpora-Solano Lima”, con el apoyo de la “tendencia”, como se llamaban a la izquierda peronista, pero renunciaron después del regreso de Perón: Lastiri asumió como presidente por un tiempo hasta que se convocaron elecciones nuevamente y triunfó la fórmula “Juan Domingo Perón - Isabel M. de Perón”


A partir de ese momento se creó la “Triple A”, fuerza de represión clandestina que mataba y perseguía a la izquierda. 


En Julio de 1974 Perón murió y asumió Isabel Perón, intensificándose el accionar de la Triple A que comandaba López Rega. 


Dentro del peronismo de izquierda cumplí la función de representar al Peronismo Auténtico junto al Dr. Diego Guelar, Andrés Framini, Honorio Gutiérrez, etc.


En 1976, en el Sindicato del Personal Técnico Aeronaútico (APTA), la comisión interna de delegados…...enfrentó con una huelga al intento de modificar el horario, extendiendo las horas de trabajo. En ese acuerdo estaban aliados el Secretariado, que encabezaba Marsiglia y la Dirección de Aerolíneas Argentinas. Triunfamos los delegados y también impedimos que, por Asamblea, nos descontaran el primer mes de aumento de sueldo por convenio. 


El golpe de Videla llegó el 24 de Marzo de 1976 y a mi me mandaron el telegrama de despido, de acuerdo con el decreto-ley 21260, por suponer que tenía actividades subversivas.


En septiembre de 1977 allanaron la casa de mi madre en Ciudad Evita y amenzaron a mi sobrino de 3 años, lo que obligó a que mi hermana….lo llevara al puesto de diarios de Díaz Vélez y Medrano, donde trabajaba en el turno mañana. 


Allí llegaron los paramilitares, en compañía de un jefe montonero cuyo apodo era “Gordo Luis”, después me enteré de que su nombre era Pablo Sir, hoy desaparecido. 


Mi hermana María Stella Imperioso de Rodríguez, realizó el trámite de ciudadanía en el Consulado General de Italia, pues mi padre era de esa nacionalidad. Allí nos atendió el Dr. Carlos Mestretta, vicecónsul general, quien me entregó la documentación italiana así como a mi ex esposa, Mirthya Silva y a mi hija de 12 años, Viviana Graciela Imperioso.


Salí de Buenos Aires en septiembre escapando del grupo de paramilitares que también buscaba a los….Alberto Ruso y Bernardo Míguez, todos de Ciudad Evita. Todos ellos pudieron escapar porque alcancé a avisarles. 


Después de 15 días de mi huída secuestraron a mi cuñado creyendo que era yo. Cuando se dieron cuenta lo dejaron libre, no sin antes pegarle ferozmente.

En Roma en un puesto del Partito Comunista Italiano




Ya en el exilio, su CV en francés con los aviones que sabía arreglar

 





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